Tener una buena postura corporal (tanto estática como dinámica) en nuestro día a día es esencial ya que no se trata únicamente de estética si no de nuestra salud a largo plazo.
¿Cuántas veces has pensado mientras estás sentado con el ordenador, que tu postura no es la correcta y no sabes cómo hacer para cambiarlo?
En mi caso, tras pasar muchas horas trabajando sentada frente a un ordenador, los dolores de cuello y espalda me acompañan muy a menudo, hasta el punto en el que ya no sé cuál es la postura correcta que debo tener.
Esto mismo pasa cuando caminamos. Solemos trasladar nuestra postura estática a la dinámica (y al revés) por ello, cuando caminamos, tenemos que pararnos a pensar y adoptar la posición correcta manteniéndola durante toda la práctica.
No sé a vosotros, pero a mi me pasa que cuando voy andando (ya sea en la ofi, de camino a casa o en mis salidas rutinarias a caminar) tengo la sensación de que mi espalda está ligeramente curvada, como me pasa algunas veces estando sentada, y cada vez que me doy cuenta, modifico la postura e intento mantenerla.
Algo que ayuda mucho a mantener una buena postura, es realizar ejercicios para fortalecer glúteo y abdomen.
Por eso hoy quiero daros algunos consejos súper sencillos para que cuando hagáis vuestra próxima salida a caminar, intentéis ponerlo en práctica.
Antes de nada, debemos conocer el correcto movimiento del pié siguiendo el modelo biomecánico del ser humano, y la importancia de este a la hora de caminar de manera natural.
Supongamos que comenzamos desde una postura estática, en la que nos encontramos el pie derecho delante y el pie izquierdo atrás, consiguiendo así el doble apoyo del cuerpo:
Podríamos dividirlo en 3 fases,
Te invito a que hagas un par de pasos fijándote muy bien en esas tres fases, y notando cómo tu pie pisa por completo el suelo, como un balancín.
Elegir un calzado específico para caminar cobra gran importancia, ya que cada modalidad deportiva hace que el pie tenga un impacto diferente en su práctica y en este caso, caminar con una zapatilla rígida o gruesa por ejemplo, que no permita al pie realizar sus 3 fases de manera correcta, no sería nada aconsejable.
Yo me suelo fijar en modelos muy ligeros, con gran flexibilidad y con suela finita, y cómo no, el lugar de práctica tiene un papel importante en la elección de mi zapatilla.
La correcta postura de la parte superior de nuestro cuerpo es esencial ya que entre otras cosas, nos facilita la respiración y como ya sabréis nos ayudará a evitar dolores de espalda, cuello y hombros.
La mayoría de las veces tomamos la postura correcta sin darnos cuenta, pero cuando estás trabajando en ello y quieres corregirla, es muy importante que te acuerdes de estos pequeños consejos:
Asegúrate de empezar con tu cuerpo erguido
Mantén la cabeza alta mirando hacia el horizonte, haciendo que nuestra barbilla quede en paralelo con el suelo.
Hombros ligeramente hacia atrás, sacando pecho hacia fuera.
Además, si contraes el abdomen, mantendrás una mejor postura a la vez que lo activas caminando.
Yo solía hacer un ejercicio súper sencillo para mejorar mi postura, es tan fácil como coger un palo (puede ser el de la fregona o el cepillo de casa) y ponerlo en la espalda de manera que apoyes en él la cabeza, espalda encajando bien las escápulas y hueso que hay entre nuestros glúteos.
Hará que te mantengas erguido, con los hombros hacia atrás y abriendo bien el pecho para respirar mejor.
Camina respirando profundamente manteniendo el palo en la espalda y abrazándolo con las manos por detrás, manteniendo el abdomen fuerte.
Muchas veces solemos pensar que al salir a caminar, sólo trabajamos el tren inferior, y la realidad es que no, nuestros brazos juegan un papel fundamental ya que nos ayudan dándonos impulso en cada zancada y además nos proporcionan equilibrio.
Cuando conseguimos ejecutar el buen balanceo del tren superior, ahorraremos mucha energía a nuestro organismo, al contrario de cuando llevamos un braceo descompensado, ya que nuestro cuerpo tendrá que hacer un esfuerzo extra para compensar esos movimientos.
En función de la intensidad de tu salida, tus brazos cogerán más fuerza o menos fuerza en ese impulso.
En mi caso para moverme por la ciudad, mis brazos caen de los hombros de manera relajada y natural, y se mueven por la inercia de mi desplazamiento, pero cuando salgo por las tardes a hacer mi hora diaria caminando a un ritmo rápido, mis brazos suben más arriba consiguiendo un ángulo de 90º para ayudar a impulsar mi zancada, logrando así mayor velocidad con menos esfuerzo.
Si no sueles hacer caso a tu tren superior cuando sales a caminar, acuérdate de esto y aprovecha al máximo tus brazos para ayudarte y para mejorar tu postura.
Espero que te sirvan estos consejos para mejorar tu postura corporal tanto estática como dinámica, y no olvides la importancia de incluir en tu rutina diaria un tiempo para salir a caminar, ya sea individualmente o con otras personas.
Ayudar a tu cuerpo y mejorar tu salud es tarea tuya, y poco a poco se consigue, ¡¡ánimo!!
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