No hay ningún ciclista que no se haya arrepentido alguna vez de su elección de ropa antes de una salida. Ya sea porque nos pasamos de ropa, o porque nos hayamos quedado cortos, lo cierto es que esos kilómetros en bici pueden convertirse fácilmente en un auténtico sufrimiento si no hacemos la elección correcta.
Son muchos los factores que entran en juego a la hora de hacer esa elección: La zona en la que vivimos, la previsión meteorologia, la estació del año en la que nos encontramos, la hora del dia en la que decidimos salir, el recorrido que haremos y por supuesto, los gustos personales de cada ciclista. Para combatir el frío, y desde luego el calor, tendremos que elegir prendas de ropa adecuadas a todos estos factores. Lo explicamos a continuación.
"Más vale prevenir que curar" nos decían a menudo nuestros mayores cuándo veían problemas al horizonte. Esta máxima nos podria valer para nuestras salidas en bici ya que con ella nos ahorraríamos ese sufrimiento y algún que otro buen catarro.
En primer lugar, por obvio que pueda parecer, hay que entender que la meteorologia es esencialmente variable.
¿Qué significa eso? Pues que para hacer nuestra elección no bastará con mirar la temperatura que nos marca el termómetro antes de salir, ni tan siquiera fiarnos de lo que nos dice el cielo. Efectivamente, dependiendo de la zona en la que vivimos, sabemos que en pocos minutos todo puede cambiar: humedad, temperatura, viento (intensidad y dirección) o presión atmosférica seran los principales factores de la variabilidad, junto a ello, la insolación, variable también a lo largo del dia... ¡Y a lo largo del año! ¿Empiezan a ser muchas cosas, verdad?
Ceñirse a lo que nos dice el termómetro es, sin lugar a dudas, quedarse a medias. A menudo los elementos que mas nos inducen a caer en el error (esa mala elección) són la humedad y el viento. Cuando estos factores entran en juego nos llevan a hablar de la sensación térmica, ese gran desconocido en el mundo de la previsión meteorologia. La misma humedad que en verano nos da esa sensación de bochorno, que nos hace sudar sin apenas movernos, es capaz de generarnos el efecto contrario en invierno, pues nuestra piel absorbe poco a poco la humedad ambiental que entra en nuestro cuerpo cargada de ese aire frío. Es importante abrigarse bien al salir de casa ya que, una vez el frío húmedo nos entre en el cuerpo, ya no nos lo sacaremos hasta el momento en que tomemos esa ansiada ducha de agua caliente.
Conocer la zona en la que vivimos, o en la que pedaleamos mejor dicho, es clave. Uno debe saber a lo que se expone cuando sale al aire libre. Y aunque la meteorologia siempre encontrará la manera de sorprendernos, debemos estar preparados para que la variabilidad no nos agüe la fiesta (nunca mejor dicho).
No hay ciclista afincado en el mediterráneo que no conozca, por ejemplo, el fenómeno de las temidas tormentas de verano. Ellas se producen tras varios días de mucho calor, el aire caliente asciende pudiendo chocar con una masa de aire frío y condensar. Este tipo de lluvias son un claro ejemplo de fenómenos difíciles de predecir, pero sabemos que todos lo años se repiten así que el mas precavido siempre llevará consigo un chubasquero de bolsillo como el chubasquero ultralight ROADR 900.
Otro factor a tener en cuenta es que lo que llevamos al salir de casa lo tendremos que traer de vuelta. No amigos, esto no es el Tour de Francia, aquí no podemos bajar al coche para que nos guarden la chaqueta que nos sobra, ni tampoco darnos unos periódicos para bajar el puerto de montaña. Por eso es importante elegir con conocimiento de causa.
Para ello tendremos que tener en cuenta el recorrido que vamos a hacer.
Es difícil hacer una selección definitiva aplicable a todo ciclista, ya que también influyen mucho los gustos personales de cada uno usuario pero para nosotros lo esencial ¡es lo que nos cabe en los bolsillos!
Ya hemos visto que en cuestión de minutos todo puede cambiar así que lo mejor es llevar ropa que ocupe poco espacio y sea cómoda tanto de llevar como de poner y quitar. Ahí va mi elección personal.
En la medida de lo posible, habrá que apostar por el culotte corto, salvo en días muy fríos. Las piernas estan en ejercicio constante cuando pedaleamos con lo qual nos generan calor rápidamente al empezar a mover esos vatios. Más vale empezar con frío y esforzarse para alcanzar rápido esa temperatura que arrepentirse de unas mallas térmicas que no podremos guardar en ninguna parte si en algun momento nos sobran. La opción de las perneras siempre nos podria solucionaria la papeleta.
Por lo que respecta a torso y brazos, todo seria jugar con distintas capas. Podemos partir de una camiseta térmica siempre y cuando las temperaturas sean muy frías. No hay que olvidar que si en algun momento nos la queremos quitar habrá que desnudarse prácticamente en medio de la carretera. La opción chaqueta de invierno es buena siempre y cuando las condiciones sean verdaderamente frías, no más de 5ºC en mi opinión.
Un par de manguitos y guantes nunca van a molestarnos, así como una braga para el cuello, la cabeza o ambas si hace falta. Para los pies tendremos los cubrezapatillas, la opción perfecta para aislar del frío y la humedad.
Pero sin duda la ropa plástica va a ofrecernos muchas ventajas contra las cuales las otras prendas textiles no pueden competir. Un buen chubasquero o un chaleco paravientos nos aislaran por un lado del agua y también del frío. Se trata de prendas sin mucha aireación con lo cual el calor que generamos no escapa, produciendo una especie de efecto invernadero entre la ropa y la piel que nos mantiene el calor corporal. La ropa plástica nos aísla de la humedad y detiene ese viento cargado de aire frío. Además, suelen plegarse fácilmente en un puño almacenable en los bolsillos del maillot. ¡Todo ventajas!
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