¡Hola!
En el post de hoy hablaremos sobre escalar en invierno, tan odiado por unos y tan querido por otros. Nos centraremos en consejos para la escalada deportiva.
Por todos es sabido que la escalada es un deporte muy dependiente del tiempo atmosférico, como la mayoría de los deportes al aire libre, y cuenta con temporadas muy marcadas. Podemos decir que las épocas óptimas para escalar son primavera y otoño por tener estas estaciones unas temperaturas más benévolas que hacen que el frío y el calor no sean factores determinantes.
Hasta ahí, todo claro: ¡¡escalemos en primavera y otoño!! Pues no. Los escaladores somos gente muy fanática y queremos estar en la pared los 365 días del año.
Para ello, pondremos en marcha nuestro sexto sentido montañero y tomaremos todas las medidas para hacer lo que más nos gusta en las mejores condiciones. En el caso del frío invierno, estos son algunos de los consejos que me han ayudado durante estos años al escalar en invierno:
Primer consejo vital. En invierno hay que escalar siempre que sea posible en paredes con orientación sur, ya que estas son las que reciben mayor cantidad de sol a lo largo del día. Es interesante que cuando vayamos a planificar nuestras escaladas o viajes nos fijemos bien en este aspecto porque puede salvarnos el día.
Fundamental para no quedarnos “congelados”. Cuando llega el invierno es muy importante prestar especial atención a nuestro equipamiento. Para mi, hay algunas prendas que son imprescindibles:
Si bien en otras estaciones podemos permitirnos quedar “a lo loco” para escalar sin consultar el tiempo que va a hacer porque, sobre todo en España, hará bueno, en invierno consultar la previsión meteorológica tiene que estar en nuestra preparación diaria junto con recoger el material adecuado.
Un vistazo rápido en cualquiera de las web de meteorología puede ahorrarnos disgustos. Tendremos también en cuenta la hora de puesta del sol y acostumbraremos a llevar frontal en nuestras mochilas por lo que pueda pasar.
Otro aspecto importante para evitar problemas de frío, será cuidar bien la alimentación y sobre todo la hidratación. Hay que recordar que un cuerpo deshidratado es bastante más vulnerable a los problemas derivados del frío. Llevar un termo también puede ayudar para que entremos en calor antes de empezar la actividad.
Una opción que no podemos descartar en los meses más fríos y lluviosos es acudir a un rocódromo o gimnasio cercano. A pesar de que nos guste mucho el aire libre, estos lugares son espacios preparados para entrenar y mejorar nuestra forma física de cara a próximas escaladas en roca natural, y además en ellos se está calentito y alejado del mal tiempo ;-)