Cuando uno/a quiere realizar una carrera no hay duda que previamente hay que llevar a cabo una rutina de entrenamiento físico que te lleve a lograr este objetivo que te has propuesto pero, ¿Qué sucede con la mente? ¿Qué hacemos con ella cuando a media carrera estando agotados te dice, una y otra vez, “no puedo más”? ¿Qué hacemos cuando sale un imprevisto y sentimos ansiedad de no poder terminar?
A continuación podréis leer diversas recomendaciones para la preparación mental de una carrera:
Informarte sobre el recorrido, desnivel, qué tramos son más fáciles y cuales más complicados… Esto te va a permitir tener una idea más exacta de cómo va a ser el recorrido y saber, mientras estás corriendo, cual es el tramo que sigue y su nivel de dificultad. Correr sobre terreno conocido aumenta la confianza y la percepción de autoeficacia.
Hay diferentes maneras de dividir mentalmente una carrera. Se puede fraccionar por km, por tiempo transcurrido, por distintos puntos en el recorrido que sean significativos para uno mismo, etc. Escoge la manera de dividirlo que más te guste y más cómodo te sientas. De ese modo, cada vez que hayas transcurrido una fase, vas a sentir la satisfacción de haber conseguido un pequeño logro dentro de lo que es toda la carrera.
Es importante que cuando tu cuerpo se sienta agotado y tu mente diga “ya no puedo más”, “no voy a terminar”, detectes estos pensamientos negativos y los cambies por pensamientos constructivos y más positivos. Convéncete de que “¡sí puedo, sí soy capaz y sí voy a lograrlo!”, “He entrenado para ello y lo voy a conseguir”. Cuando sientas que el cuerpo no tira, hay que tirar de la mente. Aunque no seamos conscientes, siempre estamos dialogando con nosotros mismos y depende de nosotros que este diálogo sea destructivo o constructivo.
Mantén tu ritmo y escucha qué necesita tu cuerpo en los diferentes momentos. No focalices tu atención en los corredores que te avanzan, porque esto puede crear ansiedad y terminar yendo a un ritmo diferente al tuyo.
Durante la carrera, solemos estar muy pendientes de la velocidad a la que vamos, los km que nos faltan por terminar, el tiempo transcurrido… y dejamos de poner atención a nuestro cuerpo y a nuestra respiración. Cuando nos focalizamos en sentir cómo está nuestro cuerpo, nos damos cuenta de aquellas partes que están más tensas, pudiendo así destensarlas y evitar la aparición de posibles dolores o lesiones. Si por el contrario, dejamos de atender a nuestro cuerpo, cuando notemos el dolor, será porque éste ya es muy intenso; entonces puede que ya sea demasiado tarde para conseguir aliviarlo. Es importante detectar estas tensiones o dolores cuando inician y atenderlos en el momento.
Al poner atención al cuerpo, también nos daremos cuenta de nuestro ritmo respiratorio. Ser conscientes de nuestra respiración nos ayuda a saber si estamos al ritmo que queremos o si hay que ajustarlo para rendir mejor. En ciertos momentos, disminuir el ritmo respiratorio o hacer algunas respiraciones profundas nos puede ayudar a sentirnos más relajados. Esto es especialmente útil para disminuir sensaciones de ansiedad, agitación, miedo… que pueden aparecer en algún punto durante la carrera o incluso antes de empezarla.
Se sabe científicamente que el cerebro no distingue una situación real de una situación imaginaria, con lo cual, va a responder a ambas situaciones como si fueran reales, indistintamente de si lo son o no. Es para ello, que la visualización es una herramienta muy potente en el deporte. Por ejemplo, si tu visualizas como te vas a sentir en el momento que llegues a la meta, quién te estará esperando, como será el ambiente, etc., tu cerebro y tu cuerpo van a sentir la satisfacción, la ilusión y la energía de ese momento que estás imaginando y esto te va a ayudar a seguir corriendo a pesar de la fatiga.
La mente siempre está en funcionamiento y siempre estamos en diálogo interno con ella, aunque a menudo no nos demos cuenta. Se trata de decidir si quieres que juegue a tu favor, ayudándote en los momentos que te sientas agotado, o en contra, haciéndote creer que ya no puedes más.
Para que cualquier práctica se convierta en un hábito, hay que realizar dicha práctica repetidas veces hasta que se convierta en una costumbre. Y el entreno mental no se libra de ello. Si quieres que estas recomendaciones te sean de ayuda, hay que ponerlos en práctica durante todos los entrenamientos que realices previamente a la carrera, para así integrarlos y el día de la carrera te surjan de forma automática.
Completa tu experiencia con este contenido
Escribe tus propios artículos sobre tu deporte favorito.
Autorizo a Decathlon a recopilar mis datos personales (nombre, apellidos, correo electrónico...) para publicar mi opinión