El pasado verano se dispararon las ventas y alquileres de autocaravanas y furgonetas camperizadas. Los motivos son obvios; una manera ideal de pasar la mayoría del tiempo al aire libre, viajando literalmente con la casa “a cuestas”. Restaurante, alojamiento y transporte solucionados de un solo plumazo. Un pequeño apartamento rodante con una enorme terraza cambiante, grandes vistas para empezar y terminar el día y reducción de las posibilidades de contacto fuera del núcleo familiar. Pandemias aparte, nosotros encontramos un montón de ventajas a esta forma de viajar que permite ir siempre avanzando y ofrece mucha libertad de movimientos. Además de la posibilidad de poder llegar los primeros a esos lugares que se llenan rápido y quedarnos los últimos, sabiendo que cama y cena nos esperan muy cerca.
Antes de lanzarse a comprar o camperizar uno de estos vehículos, lo suyo es primero, alquilar en algunas vacaciones una. Hay un tremendo abanico de posibilidades, en cuanto a tamaño, calidades y distribuciones en el interior. Por mucho que mires tutoriales de youtube, leas y te informes no vas a saber cuales son las opciones que mejor se adaptan a tu modus operandi hasta que no te pongas a ello. Existen varias empresas e incluso plataformas, como Yescapa, en las que encontrar disponibilidad de vehículos de particulares que las alquilan.
No todos los destinos son caravan friendly. Por eso es importante informarse primero de cómo están las restricciones en la zona y conocer bien las normativas. Según la Ley General de Tráfico si un vehículo está bien estacionado lo que suceda en su interior, mientras nada sobresalga de su perímetro no es multable. Esto incluiría la pernocta incluso en vehículos con techos extensibles. Sin embargo, la realidad es que algunos ayuntamientos publican normativas que contradicen a la ley general. Por eso, si no queremos tener que estar recurriendo multas lo suyo es preguntar a la gente del lugar, a la policía y mirar bien que no haya ninguna señal que prohíba el aparcamiento.
Tanto Francia como Portugal son dos destinos que tradicionalmente reciben muy bien este tipo de turismo. En el caso de Francia, hay muchos más vehículos de este tipo en circulación y sus áreas de servicio son el paraíso a nivel de infraestructuras para esos momentos en los que se hacen necesarias las paradas. De hecho, existen intercambios entre granjas o pequeños pueblos que ofrecen un lugar para aparcar, vaciar y llenar agua a los viajeros a cambio, por ejemplo, de consumir una cena o participar en alguna de sus actividades.
Algo similar a esto, se está encargando de promocionar en España la plataforma de vanwoo. En la que se pueden encontrar experiencias muy auténticas en lugares no tan conocidos, en los que el turismo itinerante es más que bien recibido. Muchos ayuntamientos se están sumando a la plataforma, entendiendo las necesidades y ventajas este tipo de turismo que huye de las zonas masificadas, no necesita planificaciones con mucha antelación y disfruta de los espacios naturales.
En contra de lo que algunos opinan, este tipo de turismo itinerante, siempre que así sea, ayuda al desarrollo de esos destinos no tan populares a los que habitualmente no llega el turismo masivo, además de que no se convierten en un inmovilizado que forma parte del paisaje para siempre, con lo que esto implica para el entorno. Como es el caso de otras construcciones fijas.
Los "furgoneteros" también hacen gastos en el lugar: necesitan gasolina, compran en los supermercados, salen a comer fuera, pagan entradas… Claro que como en todos los colectivos también están aquellos que no respetan el entorno. Que vacían aguas negras donde no se debe o que montan un enorme campamento en primera línea de playa y ocupan un espacio público para su uso y disfrute personal. Las malas prácticas deben ser sancionadas siempre y son además una forma de evitar que algunos ayuntamientos decidan cerrar sus puertas al mundo del caravaning.
Pero terminemos con un buen sabor de boca… cierra los ojos, inspira, espira y olvídate por unas vacaciones de todo eso que habitualmente llevas para asimilar que sobre cuatro ruedas te sobra espacio para descubrir lo poco que te hace falta para disfrutar.
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