La aventura empieza cuando llegamos al aeropuerto de Santiago de Compostela, donde nos recoge un amigo y nos lleva a la estación de tren de santiago (20 min de coche aprox). Allí nos disponemos a coger el tren de Santiago-Lugo con parada en Sarria , duración del recorrido unas 3 horas y cuarto donde aprovechamos para mirar alojamiento ya que al ser noviembre, decidimos no reservar nada e ir sobre la marcha en todo momento.
Al llegar a Sarria, rápidamente vemos a unos peregrinos asiáticos un poco desorientados, buscando el albergue municipal. Como nosotros como nos dirigimos al mismo lugar, ya que es el más económico (6 euros/noche), les decimos que nos acompañen.
Llegamos al albergue en torno a las ocho de la tarde, hacemos el check-in, nuestro primer sello y vamos al supermercado más cercano a comprar la cena y el desayuno de la mañana siguiente.
Decidimos empezar la ruta a las 8:00 de la mañana, disfrutar del amanecer caminando, y así aprovechar y disfrutar de la luz en toda la etapa. El tiempo, como era de esperar, es frío y con lluvias intermitentes, por lo que salimos del albergue preparados para una etapa pasada por agua , con el chubasquero y el calzado impermeable.
Es una etapa tranquila y sin apenas desnivel, con el sendero muy bien marcado y con paisajes espectaculares. Como anécdota del día, la cantidad de coreanos en la ruta; varios grupos de 60 coreanos. Fue algo realmente curioso, 5 horas y 15 minutos de caminata tranquila y sin dolor de pies ni espalda.
Decidimos seguir con los mismos horarios de salida, así que iniciamos la ruta sobre las 8:00 de la mañana. Esta etapa tiene algo más de desnivel, pero es muy cómoda de caminar. La única pega que podemos sacar es que la primera parte de la etapa el sendero transcurre muy cerca de la carretera, y el ruido de los camiones y coches es notorio desde el sendero. 5 horas 27 min para los 25,1 km de la etapa, seguimos sin dolores y con tiempo para disfrutar del pueblo y descansar.
Estábamos avisados de que iba ser la etapa más dura, ya que en el albergue de Palas de Rei era el tema de conversación en la cena. Es la etapa más larga del camino (28,9 km) y con las zonas más pedregosas. Además, el tiempo no acompañaba ya que por momentos granizaba. La recompensa a este día iban a ser los paisajes, ya que es una zona de bosques centenarios, y con mucho ganado, que te vas cruzando con rebaños distintos y te alegran el camino. Además, en medio del camino está Melide, un pueblo conocido por su buena comida, concretamente el pulpo y la carne, donde pudimos tomar un buen descanso y reponer fuerzas antes de continuar hasta Arzúa.
Tras 6 horas y 10 min de caminata llegamos a nuestro destino, donde aprovecho para saludar y charlar con una antigua profesora mientras nos tomamos una merecida cerveza de recuperación. El cansancio ya hacía mella en nuestro cuerpo, alguna llaga había hecho su aparición en nuestros pies, así que decidimos cenar pronto, poner una lavadora y a dormir. Un poco más del 50% del camino de santiago estaba ya realizado.
Este recorrido me lo conocía perfectamente ya que era una de mis rutas favoritas en bicicleta de montaña desde Santiago; Sendero ancho y muy rodador pasando por diferentes áreas recreativas. Unos 20 km nos esperan para llegar a O Pedrouzo. Esta vez decidimos salir casi una hora más tarde, para no coincidir con los grupos de coreanos y así disfrutar del camino en toda su esencia.
Teníamos una parada técnica obligatoria en “ La Casa Verde”, un bar muy peculiar que los tíos de mi amigo conocían bien y que es muy peculiar por la señora que lo regenta, y por la tradición de colgar un enser firmado , ya sea una camiseta , gorro, pañuelo... Decidimos comer allí y disfrutar de la tarde junto con una pareja francesa y unos americanos.
Recorrido súper bonito que empieza recorriendo bosques de eucaliptos. Al kilómetro de empezar aproximadamente, hay un fuerte repecho, “El amenal”, que con el cuerpo aún sin despertar, cuesta un poco. Al coronarlo, en la zona del aeropuerto, notamos el frío que deja pasar el bosque, ya que es una zona alta donde el frío se nota un poco más. Dejando el aeropuerto atrás, llegamos a Monte do Gozo, donde conocemos a un señor australiano que está haciendo el Camino de Santiago. Recorremos juntos los últimos 13 kilómetros, que nos sirven para entender la magia del camino y lo maravillosas que pueden ser las personas. Siendo de Santiago me fué muy fácil congeniar con Jim ya que tenía muchísima curiosidad por saber lugares de Santiago especiales. Los últimos 13 kilómetros fueron acompañados por él, y como no por Isaac, compañero de todo el camino. A falta de 2 kilómetros, paramos a comer en un bar de un amigo para llegar con fuerzas a la Catedral de Santiago. Los últimos kilómetros transcurren cerca de mi barrio donde aprovecho para saludar a los vecinos.
Finalmente esta 5ª etapa la finalizamos en 4 horas y 13 minutos, a un ritmo muy tranquilo disfrutando de la compañía, la meteorología y sobre todo, de “El camino”.
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